Isnello, bordados y estrellas

La experiencia

Isnello, a poco más de media hora en coche de Cefalú, es un pueblo encantado en el que podrás sumergirte en pocas horas en una naturaleza de extraordinaria belleza y antiguas tradiciones. El antiguo Menzil Al-Hamàr -este es el nombre árabe de Isnello- es atravesado por un camino que conduce en poco tiempo desde el corazón del pueblo a paisajes montañosos que evocan los Dolomitas, entre el aroma de las esencias mediterráneas. La primera parada es la Gola d’Isnello, una estrecha hendidura de roca con vistas al antiguo arroyo Hassin que serpentea a través de las rocas calizas que se remontan al Jurásico Inferior. El camino conduce, entre iglesias y otros tesoros, a las ruinas del castillo medieval desde el que se puede disfrutar de una vista impresionante; Desde aquí, una parada obligatoria será en un patio que parece una sala de estar donde escucharás historias y cuentos, «cunti e canti» que explican la tradición de las generaciones campesinas y en un lugar donde aún vive la tradición del bordado, viva y practicada por grandes y pequeños. El característico color rosado de las rocas circundantes que se «incendian» al atardecer cuenta la historia geológica de la Madonie, cuando las altas cumbres eran un arrecife de coral. Después de un almuerzo típico, el descubrimiento del pueblo termina entre las estrellas, en el Centro Internacional de Ciencias Astronómicas. Gal Hassin, que se jacta de haber detectado un asteroide, que hoy lleva el nombre de Isnello, descubierto entre Marte y Júpiter.