En Sambuca di Sicilia, entre las callejuelas sarracenas renacidas gracias a las casas de 1 euro

La experiencia

La última en instalarse aquí fue Lorraine Bracco, la actriz estadounidense de Los Soprano y
Goodfellas
. De Hollywood a Sambuca di Sicilia. Pero todo este pueblo de poco más de cinco mil habitantes en el sur de Sicilia, a noventa kilómetros de Agrigento y dieciocho del mar, rodeado de viñedos hasta donde alcanza la vista, está ahora habitado por un equipo multicultural que se ha instalado aquí, donde las casas por 1 euro no son solo un eslogan sino un camino de verdadero renacimiento.

Así que aquí hay un «tour relacional» organizado por Italea Sicilia, en compañía de expertos locales, donde las paradas entre los tesoros del pueblo se alternarán con descansos en las casas de los nuevos habitantes que le permitirán conocer muchas historias de emigración a la inversa. Y eso hará que el viajero regrese a casa con una maleta llena de historias y encuentros, así como un pergamino de «ciudadano temporal» de Sambuca di Sicilia, conferido por la administración municipal.

Entre los nuevos habitantes hay estadounidenses que han hecho el viaje de sus raíces, en busca de sus orígenes y luego han optado por residir aquí. Pero también un filósofo milanés, un abogado-botánico suizo, un periodista romano. Y luego las parejas lituanas, familias alemanas que han echado raíces y que comparten un ritmo lento y comunitario, hecho de charlas en la plaza, encuentros culturales improvisados, invitaciones en terrazas con vistas al mar por un lado y al yacimiento arqueológico de la antigua ciudad greco-púnica de Adranon por el otro.

Por esta razón, visitar Sambuca di Sicilia, premiado en 2016 como el pueblo más bello de Italia, significa entrar, aunque sea temporalmente, en una comunidad global donde el agricultor que trae ricotta fresca convive con artistas e intelectuales de todo el mundo. Una visita aquí le lleva a descubrir el barrio construido para defender el Castillo del emir árabe Al Zabut, las canteras de piedra bajo la plaza principal, el Palazzo Panitteri con su importante colección arqueológica, el museo diocesano de Mudia, la iglesia de Santa Caterina con su rococó desbordante, la Fundación Gianbecchina con los rostros tallados por los campesinos en las pinturas del artista, el Museo de Esculturas Textiles de la artista francesa Sylvie Clavel, que vivió en Sambuca di Sicilia durante años.

Pero sobre todo está el pueblo, con las callejuelas, los adoquines, los patios, las últimas bordadoras, las
minne di virgini
, el postre con su nombre y forma impúdicos (los pechos de las vírgenes), también mencionado por Tomasi di Lampedusa en El gatopardo. Por encima de todo, está el valor de las relaciones. El placer de estar juntos, de charlar, de apreciar la belleza, de acoger a extraños, de sentirse como una comunidad. Un nuevo modelo de convivencia.