Se trata de un precioso museo de la memoria de la emigración, que gira en torno a un gran siciliano que marcó la historia de la música en Estados Unidos, Conrad J. Gozzo, Goz el Grande para la prensa americana, trompetista y colaborador de Ella Fitzgerald y Frank Sinatra.
El Museo se llama TEMPO y está situado en la ciudad de Canicattini Bagni, cerca de Siracusa, en el extremo oriental de Sicilia, en un magnífico paisaje de canteras y reservas naturales. El padre de Conrad, Salvatore, emigró de aquí en 1912, estableciéndose en New Britain, Connecticut, donde también se desempeñó como maestro de trompeta en la banda.
Su hermosa historia fluye a través de las salas de exposición entre cartas y documentos, fruto del estudio realizado por un grupo de profesores y estudiosos locales con la colaboración del Comité Científico de la Red de Museos de Emigración Siciliana dirigido por el profesor Marcello Saija. Una historia que nos hace entender cómo la música de las bandas sicilianas, apoyadas por las sociedades de ayuda mutua, hizo una importante contribución al jazz. Pero también como esa música que supiera a casa, a fiestas patronales, a tradiciones hubiera sido una herencia indispensable para llevar en las maletas de cartón.