En Piazza Gorgone, en el pueblo de San Piero Patti lleno de tesoros escondidos, hay una hermosa pequeña iglesia que lleva el nombre de Santa Maria Assunta, patrona del pueblo. Se accede por una imponente escalinata de piedra y alberga las estatuas de San Pedro, el copatrón San Blas, y María SS. Assunta, así como altares de mármol policromado, un órgano antiguo, una cripta con goteo y un crucifijo de madera del siglo XVIII, que se lleva en procesión el Viernes Santo.
Mirando hacia arriba, te embelesa un extraordinario techo de madera realizado por artesanos y artistas locales en madera de ciprés que tiene una estructura artesonada dispuesta en forma de pirámide truncada con un perímetro octogonal con una flor estilizada. En el centro del techo que recorre la nave central y en las naves laterales, es posible admirar, dentro de un rico marco de madera, una estatua de la Virgen de la Asunción, cubierta de oro, en el acto de ser coronada por dos ángeles.
La elección de la madera de ciprés para el techo es significativa, ya que este material es conocido por su resistencia a los agentes externos y simboliza la fuerza de la Iglesia que nada puede rayar. El techo en sí mismo puede interpretarse simbólicamente. Las cómodas representan los desafíos y las pruebas de la vida, mientras que la flor estilizada en el centro simboliza la esperanza y el renacimiento.
Se dice que durante la construcción del techo, los artesanos escondieron un tesoro consistente en monedas de oro, joyas preciosas y otros objetos de valor en una de sus cómodas. Según la leyenda, cualquiera que pueda localizar el cajón secreto y resolver el acertijo para abrirlo podrá disfrutar de esa riqueza.
Otra peculiaridad de esta iglesia es su campanario con reloj: de casi treinta metros de altura, es independiente del resto del edificio. Se accede a ella a través de un puente sobre un arco de medio punto, puerta de entrada a la antigua calzada que conducía al castillo señorial. En la noche del 15 de diciembre de cada año, la tradición dice que las campanas de esta y todas las demás iglesias de la ciudad suenan a mano durante quince minutos para anunciar el comienzo de la novena de Navidad.